- Evaluación cognitiva detallada:
El neuropsicólogo realiza pruebas especializadas para analizar funciones como la memoria, atención, lenguaje, razonamiento y control emocional. Esto complementa el diagnóstico médico del neuropediatra y permite una visión más precisa del funcionamiento cerebral del niño.

- Detección temprana de dificultades

Gracias a sus herramientas clínicas, el neuropsicólogo puede identificar señales tempranas de trastornos como TDAH, dislexia, TEA, dificultades de aprendizaje o deterioro cognitivo, incluso antes de que se evidencien claramente en la vida escolar o familiar.

- Orientación para el diagnóstico médico

Los hallazgos neuropsicológicos ayudan al neuropediatra a confirmar o descartar diagnósticos neurológicos y a tomar decisiones más acertadas sobre el tratamiento farmacológico o derivaciones adicionales.

- Diseño de planes de intervención individualizados

Basado en el perfil cognitivo del niño, el neuropsicólogo diseña estrategias de estimulación y rehabilitación que pueden mejorar la atención, el aprendizaje o el comportamiento, trabajando de la mano con el neuropediatra y otros profesionales.

- Seguimiento del desarrollo neurocognitivo
Ambos especialistas pueden trabajar juntos para monitorear la evolución del niño a lo largo del tiempo, ajustando los tratamientos y las estrategias terapéuticas según los avances o nuevas necesidades.

El neuropsicólogo complementa el trabajo del neuropediatra aportando una mirada profunda sobre el funcionamiento cerebral del niño, facilitando diagnósticos más precisos, tratamientos personalizados y un mejor pronóstico a largo plazo.

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